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1 de julio de 2013

Para no llamArte.



Para no llamarte ahogo mi voz
en el sonido de las conversaciones cotidianas,
la convierto en palabras,
que no tienen nada que ver
con lo que verdaderamente pienso.
La hago decir que el calor,
que la humedad,
que los trenes que no llegan a horario,
que este verano se usa mucho el verde seco,
que tengo que leer el último libro de Vargas LLosa.
Para no llamarte.
Para no llamarte me muerdo los labios,
aprieto los puños.
Trato de olvidarme de tu nombre
porque tengo miedo de gritarlo en sueños
y que el aire lo lleve a tus oídos y vos,
al escucharlo,
te sonrías pensando que aún te quiero.
No debes saberlo.
- El club de los libros perdidos-


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