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21 de octubre de 2012

Nadi@ es profeta en su tierra.


En la media en la que Alfonsa era capaz de mantener su aislamiento entre los pinares, crecían en su villa natal los comentarios y rumores, y se incrementaba la leyenda de aquella mujer que vivía alejada entre los pinares. Seguramente aquel ambiente, no dejara que sus propios paisanos reconocieran el valor literario de Alfonsa de la Torre.
Y es que en ocasiones, nadi@ es profeta en su tierra.
Tenía gran afición a los viajes, pero en esta época de su vida sus periplos terrenales se mezclan con los astrales. Su aislamiento pasea entre pinos (árbol símbolo de la inmortalidad en Asia) y la poetisa sufre un exilio interior que parece cruzar el más allá.
Alfonsa de la Torre pasa sus últimos años recluida. Busca el silencio y la contemplación de las estrellas.
Alfonsa parece haber alcanzado lo más alto del campo místico. Continúa con el estudio de las ciencias ocultas de antiguas religiones. Presume de conocer los lugares de la provincia dónde mayor energía se concentra. Gustaba de adivinar los signos zodiacales solamente mirando a las personas. Con las cartas del tarot adivinaba pasados y aventuraba futuros. Profetizaba acontecimientos e incluso predijo que el día de su muerte nevaría.
 Los conocimientos de Alfonsa superaban lo natural en una mujer de su tiempo. Podía competir como poetisa con los mejores poetas de su tiempo y al igual que ellos, su vida y obra estaban marcadas por una persecución, siempre insatisfecha, de plasmar lo bello en su grado máximo.

Sus últimos años estuvieron llenos de penurias económicas, lo que produjo que su morada entre los pinos careciera de ciertos arreglos y comodidades. La poetisa se hundió en penas mayores. La soledad extrema y finalmente una grave enfermedad terminal, conforman las últimas notas de una vida injustamente olvidada.
Alfonsa de la Torre murió el día 19 de abril de 1993. Acababa de cumplir 78 años, y tal y como ella había profetizado, la nieve cubría los pinares de Cuéllar.
Muchos son los calificativos que definen la personalidad, amores y pasiones de Alfonsa de la Torre.
Su personalidad, en momentos contradictoria, según las palabras de su sobrino, la califican de conservadora y progresista. Silenciosa y comunicativa. Extrovertida y tímida. Amable y antipática. Viajera y sedentaria.
De la lectura de su obra y de los rasgos de su vida, se deducen calificativos de una gran poetisa. Ante todo, era fiel defensora de la libertad de la mujer. Carácter abierto, cordial y cercano. Muy independiente. Mística, misteriosa, soñadora y mágica. Espíritu original y rebelde. Cautivada por las estrellas, las rosas, las alondras, los pinares y el mundo oriental. Mujer inteligente, culta y prolífica escritora. Amante de su tierra y poetisa de un Cuéllar que no supo comprenderla.
 Seguramente hubiéramos podido conocer mucho mejor la figura de Alfonsa de la Torre de no haber sido por un fatídico capítulo de su historia, ya que tras su muerte, su hermano fue el encargado de que su fabulosa biblioteca fuera vendida a un anticuario y de que todos los documentos, cartas y textos no publicados desaparecieran.
 Desde estas páginas y al objeto de poder realizar una publicación lo más completa posible, deseamos pedir la colaboración de todas aquellas personas o instituciones que pudieran disponer de algún poema o texto inédito relacionado con la poetisa Alfonsa de la Torre.

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