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11 de enero de 2015

❥ Carta Abierta ❥

Fotografía: Raúl Gago

Querida mía, esto que debió ser una conversación
serena o quieta, un reencuentro en un bar, como hacen
los amantes ya desavenidos; un lugar cualquiera bajo el sol,
cobijando del relámpago y el viento, un sitio
en el mundo para recibir una carta o conversar de algo
que, si duda, siempre quise decirte
secretamente, sin testigos y que ahora se convierte
en una pública confesión, sin ninguna
intimidad. Una oda o una elegía, no
lo sé bien; palabras
con significados ciertos
o melancólicos, que representen nuestro destino
y hablen por nosotros y tiemblen antes de desaparecer.
Trepidaremos ligeramente frente a la sola fachada
del recuerdo, junto a los graznidos
inocentes, los graznidos impensados, los lindos
graznidos, los ásperos y filosos de la realidad.
Quería hablar a solas y solamente de nosotros. Admitir,
abrir la bondad; olvidar
por un momento que el orgullo bate
la mayoría de nuestros ademanes, incluidos
los miserables o los insignificantes. Ah mi viejo amor, hablar
de estas cosas es abrir una mano que hasta ese momento
era un puño; la mano se abre y los pájaros cubren
el cielo y el horizonte; una pluma
cae muy cerca nuestro y con alguna tristeza vemos
que algo se aleja, algo que guardábamos
en la mano cerrada, un pájaro que vuela y cubre
el espacio. Ya no hay razones para crisparse. Se quiere quejar
la mano vacía, quiere oír
y solamente la soledad la arrastra y la conmueve.
Quería poner las cosas en su lugar; hay un espacio
para cada cosa, una palabra para cada temblor, una disculpa
desencadenando toda arbitrariedad: el temor
ha proferido; ha dado aliento a la traición, pábulo
a la maravilla: tristeza
y rencor por un sueño, un gesto cálido y perdido.
Querida mía: soy un hombre que te pierde.
Así, esta carta puede ser muy bien una despedida
o una invitación para que abras ese calor que he conocido
a tu lado; esa promesa; ese amago. Es hora de tomar
decisiones; es una hora sin seducción: estamos a punto de
viajar; será
una partida en la que –a lo mejor- uno se despide del otro;
un viaje
en el que nos despediremos de muchas cosas; empezaremos
de nuevo juntos o alejados: el mar, el cielo
bajo, la condescendencia, el horror y los pozos
del aire y otros peligros
del amor húmedo y sin aire que nos secunda; este horizonte
todavía sin vida, que sólo nos espera
para vivir; esta tormenta
de verano que –por suerte- terminará por perdernos.

 ❥ Carta Abierta ❥
PACO URONDO

♥♥♥ DespertAndo ♥♥♥


26 de octubre de 2014

Pero no te vayas


En Minnesota

Si tu serás feliz, 
yo lo seré también,
pero no te vayas,
Y si lo haces, 
esperaré siempre a que me cubras,
aunque sea con una manta.
Guardaré tu secreto,
Pero no te vayas,
no quiero que llegue el día,
porque en el fondo sé que te irás.
No te vayas,
pero si lo haces, 
por favor , 
no te vayas sólo.

(Hasta siempre,
en un viaje infinito)