Recorrer un cuerpo en su extensión de vela, es dar la vuelta al mundo, atravesar sin brújula la rosa de los vientos, islas, golfos, penínsulas, diques de aguas embravecidas. No es tarea fácil -sí placentera- No creas hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas. Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas.
Texto: Gioconda Belli.
Fotografía: Raúl Gago.
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