Desperté en una estación de fantasmas.
La noche queda en
el olvido, los hombres sin cabeza ya no duermen y las muchachas de los
espiritus se fueron al fin a descansar. Quizás, tal vez, quien sabe, tan solo fue
un mal sueño…
Despierto y mientras la señora cotillea mis escritos, me quedo
hipnotizada por un hombre. Megde. Me volvi a enamorar.
Ojos negros, piel morena, que me llevan a desesperar, y me hace recordar
que me gustas tú y tú y tú... y solamente tú y tú y tú...
De sueños, estaciones y otras historias.
De sueños, estaciones y otras historias.
Fotografia: Jimena Marcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario